miércoles, 13 de diciembre de 2017

Cómo la tecnología está apoyando la reducción del crimen

                                                                             


A lo largo del año, aumentó el conjunto de municipios en Sudamérica que invirtieron en seguridad ciudadana, con resultados que ya se perciben por la población e inspiran a otras ciudades.


Por Andrei Junqueira, Gerente de Ventas de Axis Communications para Sudamérica.


Según el Balance de Seguridad Publica del Ministerio del Interior de Chile, del primer semestre de 2017, los delitos de mayor connotación social: robo con violencia, por sorpresa, entre otros; cayeron 3.8% en comparación con el mismo período de 2016, en 14 de las 15 regiones del país.

Para llegar a esas cifras, muchos municipios están invirtiendo en soluciones de videovigilancia urbana y los resultados están siendo cada vez más positivos. Uno de los ejemplos internacionales viene de Colombia: este año, la Policía Nacional confirmó que se redujo en 50% los delitos en ciudades como Bucaramanga.




El avance en el combate a la delincuencia hoy encuentra un apoyo fundamental en lo que es la evolución de las tecnologías disponibles, y se refleja por ejemplo en el tipo de cámara que se utiliza para la prevención y control. En algunos lugares aún existen cámaras análogas, lo que está cambiando, pero ¿en qué se diferencia una cámara analógica de una cámara IP conectada?

1.- Mayor calidad de imagen

Dentro de las virtudes de las cámaras IP está su capacidad de tener una mejor resolución de imagen, llegando a ser de 4K y las cámaras HDTV admiten el estándar SMPTE.  Esta característica permite que los objetos en movimiento se aprecien con nitidez e incluso en condiciones de luz poco favorables. Las cámaras de red Axis pueden compensar los desafíos de iluminación mediante la tecnología Lightfinder, que permite obtener imágenes en color con escasa luz, y WDR Forense, que permite observar detalles en lugares con zonas brillantes y oscuras.
2.- Reducción de costos
Las cámaras analógicas solamente pueden mostrar una vista; mientras las IP permiten tener mayor ángulo de visión, lo que significa usar menos cámaras en el sistema. Eso puede disminuir los costos en instalación y mantenimiento. Además existen tecnologías que permiten minimizar el ancho de banda y la necesidad de almacenamiento. 
Por otro lado, las cámaras de red combinan prestaciones inteligentes con notificaciones directas y supervisión remota. Por ejemplo, este año Axis lanzó al mercado cámaras con sistema de posicionamiento para vigilar grandes extensiones, lo que permite dar respuesta a la supervisión de espacios, perímetros y fronteras de grandes dimensiones en tiempo real y también para facilitar una respuesta inmediata en caso de alertas e incidentes de seguridad.
3.- Preparadas para el futuro
Es importante destacar que la seguridad física no se limita a la vigilancia de personas, lugares u objetos, sino que también implica el control del acceso físico, la comunicación unidireccional y bidireccional y la gestión de situaciones de emergencia, la que muchas veces debe realizarse desde la distancia. 
Por este motivo, para llevar el concepto de la integración un poco más lejos, las cámaras de seguridad tienen que integrarse con las puertas inteligentes, los videoporteros y los altavoces, tanto en local como en remoto. El resultado será, por tanto, un sólo sistema capaz de gestionarlos todos, en tiempo real, de modo que se pueda ver, escuchar y hablar con las personas.

Para el 2018, se puede esperar que más ciudades encuentren en esas tecnologías el camino para crear ambientes urbanos más seguros, algunas de ellas con una visión de largo plazo rumbo al concepto de ciudad inteligente, que abarcaría no solamente la seguridad de los ciudadanos, que estaría en la base de todo; sino también para mejorar la movilidad, la preservación ambiental y los servicios al ciudadano. 

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