Por Carolina Vásquez Araya periodista Chilena radicada en Guatemala
Son millones los niños, niñas y
adolescentes dejados de lado por el Estado.
Cada vez que los gobernantes y sus
círculos de confianza –no solo parientes, también financistas- se recetan un
nuevo privilegio con el propósito de consolidar su fortuna y sus oportunidades
de conservar el poder, miles de nuevos integrantes de la sociedad reciben menos
atención en salud, alimentación, educación, vivienda, servicios básicos y
posibilidades de salir de la pobreza. Esa masa callada y sometida a la voluntad
de otros algún día hará las cuentas y cobrará las deudas.