Por Felipe Mansilla Consejero Regional RN
Este domingo se llevaron a cabo
las primarias legales, instancia en que tanto Frente Amplio como Chile Vamos
sometieron a sus candidatos presidenciales a este mecanismo para obtener un
ganador, y en consecuencia, la persona que los representará el próximo 19 de
noviembre, resultando Beatriz Sánchez y Sebastián Piñera triunfadores
respectivamente de cada conglomerado.
Antes de entrar al detalle de
cada sector, señalar algunos puntos generales respecto a la primaria. Por un lado,
lejos de ser un rotundo fracaso en la concurrencia de los ciudadanos a sufragar
como se vaticinaba, ya sea por este ambiente de rechazo a la política,
desinformación de las personas del proceso, o la final que jugaba la roja
<que lamentablemente perdimos>, votaron 1.745.637 personas, una cifra
aceptable, para no volverse loco, pero que sirve para legitimarla y que no haya
sido un episodio negro en la historia electoral. Por otro lado, debemos
analizar la actuación del gobierno y del servel, quienes a todas luces
reprobaron este examen. El gobierno demostrando una falta de interés total en
informar a los ciudadanos, sólo recordar que para las primarias presidenciales
anteriores, existió un rol activo del estado llamando a la participación, más
allá de una u otra preferencia, donde inclusive los ministros y personas de
renombre en la política llamaban públicamente a votar, situación muy lejana a
lo que sucedió en esta oportunidad. A su vez, el servel deberá claramente mejorar
su desempeño, considerando los impedimentos para emitir su sufragio de ciertas
personas por aparecer militando en un sector político sin haber prestado su
consentimiento ni firma para ello, una mejor coordinación de las personas
encargadas del proceso, y analizar eventuales posibilidades a futuro en cuanto
a la fusión de mesas, las cuales no resultaron de la mejor forma.
Ahora, analizando el resultado
del frente amplio, donde participaron alrededor de 300.000 mil personas, cifra
muy por debajo de lo que sus figuras esperaban. Esta es la primera vez que dicha
coalición se mide a nivel nacional en una elección, y claramente no fue como
esperaban, Beatriz Sánchez ganó, pero sus números están lejanos a poder pensar
en una posibilidad real de poder competir voto a voto al candidato del oficialismo,
y resulta más aterrizado suponer en una paulatina sumisión de frente amplio a
las propuestas de la nueva mayoría, con un diálogo y negociación a futuro para
unirse y competirle a Sebastián Piñera, como también para solicitar integrar el
gobierno en el evento de ganar Guillier, lo que claramente será una
contradicción enorme a lo que hoy han manifestado públicamente una y otra vez.
Por otro lado, Sebastián Piñera
logró ganar la primaria de Chile Vamos con una amplia mayoría, con una altísima
participación como sector, una primaria donde inclusive quien resultó tercero
<Felipe Kast> estuvo a sólo 3.000 votos de Beatriz Sánchez. Si bien estos
números son alentadores, no deben mal interpretarse y llevar a un triunfalismo
anticipado. Sebastián Piñera superó los 827.000 sufragios, a los que deben
sumarse los que parecen endosables de Felipe Kast, los que unidos llegan al
millón de votos. Respecto a los votos de Ossandón es más complejo el escenario, dadas las
rencillas mostradas en la campaña, a que gran parte de los votos del actual
senador son de la comuna de Puente Alto y que no son de derecha, sino que
atienden a la gestión del Cote como alcalde más que a ese sentido de pertenencia
a una coalición política.
Tanto Sebastián Piñera como Michelle Bachelet
alcanzaron el orden de 3.500.000 votos cuando fueron elegidos Presidentes, lo
que indica que hoy todos los candidatos, inclusive el expresidente, tienen una
gran tarea por delante y que los próximos 5 meses serán sin duda, de arduo
trabajo y con una incertidumbre insospechada de lo que acontecerá y como en
definitiva, resultará este proceso eleccionario.
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